Pese a la pandemia, el cierre de las fronteras y la
multiplicación de restricciones a la circulación en todo el mundo, la cifra de
refugiados y desplazados siguió creciendo el año pasado y superó la barrera de
los 82 millones, el doble que hace una década. Esto demuestra según el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que los
conflictos existentes se agravan, nuevos surgen y la gran mayoría de las
personas expulsadas continúan sin poder volver a sus casas.
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