Con Libros para Aprender, el Gobierno reactiva una política
discontinuada en la última década
La entrega de libros de
texto escolares por parte del Estado nacional, una política reactivada en este
ciclo lectivo con el programa Libros para Aprender, registró un
"comportamiento volátil" durante los últimos 10 años, con un pico de
entregas en el año 2014, mientras que en 2016 y 2020 los estudiantes no recibieron
ninguno, indicó un informe elaborado por el Observatorio de Argentinos por la
Educación.
Los datos surgen del estudio “¿Cómo evolucionó la distribución de libros a
nivel nacional?”, elaborado por los investigadores Martín Nistal y Víctor
Volman del Observatorio de Argentinos por la Educación, junto a Javier Curcio,
de la Universidad Nacional de Buenos Aires y el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
A partir de analizar los recursos asignados a la distribución de libros
escolares por parte del Estado nacional en Argentina en la última década, el
informe identificó que la etapa de mayor crecimiento en la entrega e inversión
en libros y manuales escolares fue entre los años 2011 y 2015, cuando se
alcanzó un pico de 9,8 millones de ejemplares distribuidos.
Durante ese período, el presupuesto destinado a la provisión de libros alcanzó
los 4.292 millones de pesos, mientras que 19.941 millones de pesos fue la
inversión más grande en los programas encargados de la distribución de los
mismos.
Asimismo, el promedio anual de libros distribuidos fue de 7,4 millones, con un
pico de 9,8 millones ejemplares en 2015.
En el otro extremo, y como resultado de "la volatilidad del programa
presupuestario", en el que se incluye la entrega de éstos, en los años
2016 y 2020 no se registró distribución de libros en las escuelas, detalló el
informe.
Durante la gestión de Mauricio Macri, la inversión en la provisión de
ejemplares descendió hasta llegar a apenas 380 millones de pesos en 2019 y se
entregaron 600.000 libros.
Luego de que no se registre entrega de libros en el 2020, el Estado nacional
distribuyó 2,5 millones ejemplares en las escuelas de todo el país en 2021,
cifra que supone un aumento con respecto a los años anteriores, aunque por
debajo de los niveles alcanzados en el período 2011-2015.
“La pandemia evidenció la necesidad de incrementar las tecnologías y materiales
pedagógicos para fortalecer los procesos de enseñanza-aprendizaje en la
sociedad del conocimiento en la que transitamos”, aseguró Curcio, coautor del
estudio.
"Es imprescindible proteger las partidas presupuestarias y sostener las
inversiones en estos rubros, orientando las decisiones especialmente en los
contextos de crisis. Es muy importante que el gobierno nacional participe en la
distribución de materiales pedagógicos a las escuelas para reducir las
inequidades territoriales y fortalecer la inclusión educativa de calidad”,
agregó.
En 2021, el Gobierno nacional invirtió 3.436 millones de pesos, un total de
"9 veces más que lo gastado en 2019", indicó el informe.
En tanto, para el presente ciclo lectivo, el Ministerio de Educación de la
Nación anunció y puso en marcha en todo el país el programa Libros para
Aprender, que prevé la entrega de 8.247.321 libros a más de 4 millones de
estudiantes de escuelas de gestión estatal y privada, y de institutos de
formación docente.
"Si bien el libro de texto es una herramienta pedagógica fundamental, las
políticas y los recursos nacionales destinados a la provisión de libros
escolares han sido volátiles en los últimos 10 años", concluyó la
investigación elaborada a partir de los datos abiertos del Ministerio de
Economía.
De 2011 a 2016 la provisión de libros se enmarcaba bajo el programa Acciones
Compensatorias en Educación. Luego, se fue alternando entre el programa Gestión
Educativa y Políticas Socioeducativas (2017 y 2020) y Mejoramiento de la
Calidad Educativa (2018, 2019 y 2021).
El peso relativo de la provisión de libros de texto dentro de estos programas
fue muy variable: del 10% del presupuesto total del programa hasta el 84% en
2021.
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